Cansancio.
Cada mañana un desafío,
un mirar hacia adentro
y ponerte las botas.
Hay que salir al ruedo,
a la faena,
sin tirar la toalla.
Es fácil replegarse,
acurrucarse en el sillón,
quedarse en la barrera
o en el banco de piedra,
viendo pasar la vida,
que se escapa.
Mueve tu culo
y sal a la palestra.
Hay mucho por hacer
y nunca es tarde,
mientras te queden
fuerzas.
10-03-2015
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