Los días se consumen,
como patatas fritas
ante el televisor,
voraces,
con la audacia
de Bolt,
su intemperancia
y su desfachatez,
sus largas piernas
y su risa burlona
y campechana,
galopan y
se escapan,
como si presintieran
la presencia
de la meta cercana
y escucharan ya
el eco sordo
del aplauso.
L.Ortiz.
04-10-16
De fresa, de menta
o de limón
para endulzar
el alma,
que parece
secarse
con esa mezcla
turbia
de sensaciones,
agobios y alegrías.
El reloj
fastidioso,
ya no
marca las horas,
prudente en su
mensaje
del tiempo volandero.
El retrato
robado se convierte
en testigo.
Con un poco de
suerte
serás robotizado.
Solo queda
esperar.
16-04-2016
Subir a lo más alto
y bajar
muy deprisa:
el vértigo,
que incita
a la aventura.
El padre cuidadoso
lanza al niño o
la niña,
que se acostumbra
al riesgo
y mira hacia las
nubes,
pensando en el
futuro:
astronauta
o Transformer,
Superman
o ese intrépido
y viejo
Capitán América,
envuelto en su
bandera.
Salvar al mundo
o salvarse uno
mismo.
Hay algo en el
vaivén
del sube y baja,
que le mueve
las tripas,
una alegría mitigada:
más allá, más
allá.
Desde la infancia
hasta el fin
en la ruleta, en
la que
a veces sale
el negro.
Un sube y baja
que no cesa
y que tiene su
encanto y su peligro,
y ese retortijón
en las entrañas.
L.O. 02-Mayo-16
Engañosas, prudentes,
fundidas en la
hierva,
siempre a la defensiva,
silenciosas,
atrapando al incauto,
en su caricia,
con sus hojas,
sedosas,
inocentes,
como la hierva buena.
Un ramito de ortigas,
cruel,
como el beso
de Judas
o el vino turbio
con que las hijas
de Noe
desvergonzadas
emborrachan
al padre.
Hay que ser cautos
pisando la
pradera.
29-03-16